Melasma
El melasma consiste en la aparición de manchas en áreas fotoexpuestas. Es muy frecuente y supone un importante impacto en la calidad de vida. Los factores hormonales (es más frecuente en embarazadas y con toma de anticonceptivos) y la radiación ultravioleta son las causas más importantes, aunque actualmente se considera que también la exposición a infrarrojos y luz visible puede ser causa desencadenante.
Se reconocen tres patrones de presentación clínica: centrofacial (frente, mejilla, nariz, labio y barbilla), malar y mandibular. A su vez según donde se localice el pigmento se clasifican en:
- Epidérmico, el pigmento se intensifica con la luz de Wood, la melanina está aumentada en todas las capas de la epidermis.
- Dérmico, el pigmento no se incrementa con la luz de Wood. Hay muchos melanófagos a lo largo de toda la dermis.
- Mixto, la pigmentación se hace más evidente en algunas áreas mientras que en otras no hay ningún cambio. Actualmente considerado el más frecuente.
Para establecer la severidad de melasma en un momento determinado y poder con ello evaluar la respuesta a los tratamientos se puede realizar una toma de imagen especial con tecnologia RBX que permite destacar la hiperpigmentación (Reveal®) o una microscopía confocal que puede determinar si la enfermedad está activa o inactiva.
El tratamiento convencional incluye evitar los posibles factores desencadenantes (irritantes, anticonceptivos), el uso diario de fotoprotección de amplio espectro y el uso de productos despigmentantes (retinoides, ácido azelaico, hidroquinona, etc) con resultados variables, muchas veces imperceptibles.
Para incrementar la eficacia de estos tratamientos se puede combinar con técnicas más de despigmentación más avanzadas como los peelings químicos o la despigmentación mediante laser. Recientemente contamos con un nuevo laser diseñado para combatir de forma segura y efectiva el melasma.
En melasmas activos y por tanto con capacidad de empeoramiento sí se someten a tratamientos irritantes lo más indicado será el uso de productos tópicos despigmentantes.
Si por el contrario se trata de un melasma estable (inactivo), podremos combinar estos tratamientos químicos con métodos físicos entre los que destacan por su eficacia y seguridad los láseres como el fraxel y sobre todo el novedoso Picoruse (laser de nanosegundos) que sin dolor y de forma rápida y precisa permite mejorar melasmas tanto superficiales como profundos.