
Categoría: Dermatología pediátrica
Los lunares presentes en los niños recién nacidos son un motivo de consulta frecuente en las consultas dermatológicas especializadas en lesiones pigmentadas. A estos lunares los llamamos “nevus melanocíticos congénitos”. Suelen estar presentes al nacer y pueden tener cualquier tamaño, desde muy pequeños a ocupar gran parte de la superficie corporal del bebé. Rara vez, algunos lunares congénitos pueden hacerse visibles después del nacimiento, habitualmente durante el primer año de vida.
¿Cuál es su causa?
Se deben a un defecto en el desarrollo embrionario que ocurre después de las 10 semanas de vida intrauterina pero antes del sexto mes.¿Cómo aparecen los lunares?
Están presentes al nacer o aparecen poco después. Comienzan como manchas de color marrón pálido o bronceado, que se vuelven más oscuras y elevadas durante la lactancia.¿Tienen riesgo de malignizarse?
Muchos estudios apuntan a que, con independencia de su tamaño, tiene una mayor incidencia de transformación en melanoma maligno. La mayoría son benignos, crecen proporcionalmente con el niño y no sufren cambios malignos nunca. No obstante, según el tamaño del lunar, el riesgo de transformarse en un melanoma será mayor o menor. Por este motivo clasificamos a estos lunares en tres tipos.- Nevus congénitos pequeños. Menores de un centímetro y medio de diámetro. Están presentes en el 2 % de los recién nacidos y su riesgo de malignizarse es muy pequeño.
- Nevus congénitos medianos (aquellos de 1,5 a 20 centímetros de diámetro). Están presentes en 1 de cada 2000 recién nacidos y su riesgo de malignizarse es más elevado, sobre todo después de la pubertad.
- Nevus congénitos grandes o gigantes (mayores de 20 centímetros de diámetro). Tienen una prevalencia de 1 de cada 20.000 recién nacidos y su riesgo de malignizarse es muy alto, incluso durante la edad infantil.
- Melanoma maligno en adulto, sobre un lunar presente desde el nacimiento
¿Se deben quitar siempre?
¿Es importante su seguimiento?
Julio
2013
Manuel Fernández Lorente