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La prestigiosa revista JAMA Dermatology acaba de publicar un
estudio clínico elaborado por el equipo de la Unidad de Tricología y TrasplanteCapilar del Grupo Pedro Jaén. Los resultados de la investigación, liderada por
el Dr. David Saceda, constatan la importancia de controlar la inflamación para
frenar el avance de la alopecia frontal fibrosante, una de las formas de
alopecia cicatricial que cada vez vemos más en nuestras consultas.
La alopecia frontal fibrosante se engloba en el grupo de alopecias cicatriciales. Se denominan así a las alopecias en las que el folículo piloso se destruye progresivamente hasta que en su lugar se forma una cicatriz y el pelo no vuelve a crecer más. La alopecia frontal fibrosante se caracteriza por la pérdida de pelo en el área de la diadema. El área de la diadema se corresponde al área de la primera línea del pelo en la zona frontal y lateral de la cabeza. La pérdida de pelo propia de la alopecia frontal fibrosante puede afectar, además, a las cejas, a las pestañas y extenderse al vello de otras zonas del cuerpo. Asimismo, en ocasiones causa picor en el cuero cabelludo e incluso dolor. El resultado de la alopecia frontal fibrosante es el retroceso de la línea de implantación del pelo, lo que genera un serio perjuicio estético al rostro del paciente, especialmente en el caso de las mujeres.
Causas de la alopecia frontal fibrosante
Hasta hace unos años, esta forma de alopecia era poco frecuente, pero por motivos que aún se están investigando, su incidencia está aumentando progresivamente entre la población en los últimos años. Según la línea de estudio en la que participan los especialistas de la Unidad de Tricología y Trasplante Capilar del Grupo PedroJaén en ella interviene una combinación de factores hormonales y un mecanismo autoinmune que induce la inflamación y la posterior destrucción del folículo piloso.
Por otro lado, y aunque la mayoría de casos se presenta de
manera esporádica, se sabe que hasta un 10% de los pacientes con alopecia
frontal fibrosante tiene antecedentes familiares de esta patología. Lo más
habitual es que se manifieste en mujeres después de la menopausia, aunque
también puede hacerlo en féminas antes de esta etapa de la vida e incluso en
varones.
Diagnóstico de la alopecia frontal fibrosante
El diagnóstico de la alopecia frontal fibrosante suele
realizarse mediante una biopsia cutánea, aunque el patrón de esta patología es
tan típica que hace que en la mayoría de los pacientes no sea necesaria. Además
de la biopsia cutánea, ante un posible caso de alopecia frontal fibrosante es
aconseja solicitar un análisis de sangre que incluya un perfil tiroideo, ya que
con frecuencia esta clase de alopecia está asociada a alteraciones de la
glándula tiroides, casi siempre hipotiroidismo.
Tratamiento de la alopecia frontal fibrosante
El hecho de que la alopecia frontal fibrosante sea de tipo
cicatricial ha hecho que tradicionalmente se tienda a catalogar como una
patología sin tratamiento. Sin embargo, actualmente se tiene una visión más
optimista, ya que combinando diferentes alternativas terapéuticas se consigue
estabilizar la pérdida de pelo e incluso mejorar, en el sentido de obtener un
crecimiento discreto de cabellos en la línea de implantación.
El tratamiento es variable y debe individualizarse al máximo
para cada paciente según la extensión de las zonas despobladas y el grado de
inflamación en el cuero cabelludo. Las líneas terapéuticas fundamentales se basan en combinar corticoides y antiandrógenos.
Los corticoides se emplean para combatir la inflamación que
conduce a la destrucción del folículo piloso y a la posterior formación de
tejido cicatricial. Se aplican infiltrando estos fármacos directamente en las
zonas afectadas del cuero cabelludo. Por su parte, los antiandrógenos se
administran para modular el factor hormonal.
Según los hallazgos del equipo de la Unidad de Tricología y
Trasplante Capilar del Grupo Pedro Jaén, los resultados son mejores recurriendo
a ambos medicamentos, lo que refuerza la hipótesis del doble mecanismo
hormonal-autoinmune de la alopecia frontal fibrosante.
¿Qué se investiga en el estudio publicado sobre alopecia frontal fibrosante?
La alopecia frontal fibrosante es una enfermedad
inflamatoria que destruye el cabello y lo sustituye por una cicatriz, haciendo
que la línea de nacimiento retroceda de forma progresiva. Se trata del primer
estudio clínico que indaga en la relación directa que existe entre la
inflamación activa y la progresión de la alopecia. Para ello se han recogido
datos de más de 60 pacientes con un seguimiento médico durante al menos 3
años.
¿Cómo se ha estudiado la inflamación y el avance de esta alopecia?
Para identificar focos inflamatorios y la progresión de la
alopecia el equipo de investigación utilizó la escala de gravedad FFASS.
Consiste en un estudio sistemático de la gravedad de la alopecia frontal
fibrosante, un trabajo que fu también publicado en la revista americana de
dermatología JAAD hace dos años por nuestro equipo.
La inflamación se detecta gracias al uso de la tricoscopia digital reglada, que permite identificar signos como la descamación y el
eritema (enrojecimiento) a nivel microscópico en la raíz del cabello. El avance
o la estabilización de la alopecia se estudia gracias a la medición sistemática
con puntos de referencia anatómicos.
¿Cuáles son las conclusiones del estudio del Grupo Pedro Jaén?
Efectivamente, la relación entre la inflamación activa objetivada en consulta médica se relaciona con una progresión de la alopecia en la mayoría de los casos. Es más, la mayoría de las pacientes que no tienen un avance de la alopecia son aquellas en las que se consigue controlar la inflamación durante las primeras visitas médicas con tratamiento oral, tópico e inyectado.
Sin embargo, un apunte muy interesante es que esto siempre se cumple, y existe un grupo significativo de pacientes (25-30%) en las que la alopecia se estabiliza a pesar de presentar inflamación en la tricoscopia, y viceversa, personas sin ningún signo inflamatorio y con retroceso de la línea de nacimiento.
¿Qué aplicación tiene en el día a día de nuestras consultas?
El estudio aporta datos muy relevantes para la práctica médica diaria en la alopecia frontal fibrosante. Primero, pone de relevancia la importancia de hacer un seguimiento sistemático en consulta mediante tricoscopia y control fotográfico de las pacientes que sufren esta alopecia. Segundo, se establece que el control de la inflamación, mediante tratamiento tópico (lociones o espumas) y microinyecciones de triamcinolona, supone una estabilización de la alopecia en la mayoría de los casos. Y tercero, nos alerta sobre la existencia de un grupo minoritario de pacientes en las que la ausencia de inflamación en la superficie no nos debe hacer bajar la guardia porque pueden progresar.
¿Trasplante capilar para la alopecia frontal fibrosante?
El trasplante capilar no se encuentra en la primera línea de tratamiento de la alopecia frontal fibrosante. No obstante, los casos que
cursan con una pérdida de densidad importante y logran estabilizarse con
tratamiento farmacológico, pueden ser candidatos a este procedimiento para
recuperar la densidad perdida y restablecer un aspecto más estético.
En cualquier caso, el tratamiento debe estar indicado correctamente y el equipo de especialistas debe llevar a cabo un estricto seguimiento de pacientes después de la intervención, ya que en algunos pacientes el proceso de alopecia podría reactivarse en los microinjertos. Asimismo, es importante señalar que los pacientes deben continuar con la terapia farmacológica para evitar la progresión de la alopecia.
Unidad de Tricología y Trasplante Capilar Grupo Pedro Jaén.
Abríl
2020
Centro Grupo Pedro Jaén