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Tanto las extensiones de pestañas como la manicura y
pedicura de larga duración parecen soluciones cosméticas perfectas. Ambas opciones
tienen un bonito acabado, no necesitan retoques en un largo periodo de tiempo y
permiten lucir un aspecto impecable sin necesidad de laboriosas rutinas de
belleza.
No obstante, según los datos que pusimos en común los
especialistas que nos reunimos en el último Congreso de Dermatología y
Venereología, organizado en Barcelona por la Academia Española de Dermatología
y Venereología (AEDV) estas alternativas tienen una cara menos amable, que es
el aumento de los casos de dermatitis de contacto, alergias y otros problemascutáneos derivados de la utilización cada vez más frecuente de estos productos de belleza, tanto en establecimientos como en el propio hogar con kits domésticos.
La clave está en los acrilatos
Los acrilatos son unos polímetros plásticos muy utilizados
en la fabricación de pinturas, barnices, pegamentos, compuestos plásticos,
material médico, lacas de uñas… En su forma pura, los acrilatos son líquidos
incoloros con un gran poder corrosivo y alergénico. De hecho, estos químicos
son unos viejos conocidos en las consultas dermatológicas a causa de las dermatitis de contacto y alergias que suelen causar en ciertos colectivos
profesionales en los que se trabaja asiduamente con ellos (pintores,
carpinteros, profesionales de la automoción…).
El caso es que de unos años a esta parte, estamos observando
un aumento de la incidencia de estos problemas en la piel tanto en
profesionales del sector cosmético como en usuarias de este tipo de productos.
Hace una década, las dermatitis de contacto asociadas a las lacas de uñas no eran frecuentes y se daban de forma casi exclusiva en el colectivo de profesionales que trabajan haciendo manicuras permanentes y semipermanentes. Actualmente, se han extendido también a las usuarias y no solamente se relacionan con los esmaltes de uñas de larga duración; también con los adhesivos que se emplean para fijar la pestaña postiza a la raíz de la pestaña natural, ya que ambos productos contienen acrilatos.
La Dra. Rita Rodrigues, responsable de la Unidad de Uñas del Grupo Pedro Jaén lo contaba en el programa En el punto de mira, de Cuatro.
Problemas más allá de la estética
La reacción adversa a los acrilatos se manifiesta con
enrojecimiento de la piel, picor, hinchazón, formación de edemas y ardor. A veces
incluso puede aparecer algún sarpullido, según refieren la mayoría de los afectados.
El problema no es tanto la gravedad de estos síntomas, como las
complicaciones que pueden derivarse a medio y largo plazo.
Por un lado, es frecuente que el diagnóstico confunda tanto
a pacientes como a especialistas y tarde en llegar debido a que los síntomas no
siempre aparecen inmediatamente después de haberse hecho la manicura o haberse
colocado las extensiones de pestañas.
Por otro lado, no siempre surgen en el lugar en el que se ha
aplicado el producto. De esta forma, si el alérgeno se ha transportado por vía
aérea o en las manos del profesional o del paciente causa la reacción en un
lugar muy alejado de las uñas o las pestañas, lo que dificulta todavía más la
identificación del origen del problema.
Finalmente, y esto quizá es lo que más nos preocupa a los
especialistas, hemos de tener muy en cuenta que los acrilatos se usan en la fabricación
de adhesivos médicos, pegamentos quirúrgicos, los cementos que se usan
habitualmente en traumatología y odontología y en los sensores de glucosa para
diabéticos.
Por ello, alguien que desarrolle reacciones adversas a
estos compuestos químicos no podrá recibir tratamientos médicos en los que haya
que usar elementos con acrilatos.
Otras complicaciones de la manicura permanente
Además de la dermatitis de contacto, la manicura permanente,
puede ocasionar fragilidad ungueal y hacer que la uña se rompa con facilidad.
Paradójicamente, los endurecedores que se emplean para prolongar su duración también
pueden favorecer la rotura de la uña, ya que con el endurecedor se vuelve mucho
más rígida.
Asimismo, pueden aparecer alteraciones en la coloración de
la uña, pérdida de brillo y propensión al desarrollo de infecciones bacterianas
y fúngicas, ya que la uña es más porosa y, por lo tanto, más permeable a la
acción de estos patógenos.
Recomendaciones sobre estos tratamientos cosméticos
- Hay que acudir a un centro que use productos de marcas reconocidas que cumplan con la normativa europea vigente cuyo etiquetado sea lo más claro posible. Asimismo, hay que cerciorarse de que las instalaciones y los dispositivos están limpios y tienen buen aspecto.
- Los profesionales deben esterilizar el instrumental después de cada uso y trabajar, preferiblemente, con guantes y mascarillas.
- Al hacer la manicura o la pedicura, no hay que cortar o arrancar las cutículas, ya que tienen una función protectora. Lo correcto es retirarlas con instrumentos que no erosionen o arañen la superficie ungueal.
- Hay que tener en cuenta que las personas que ya sufren alergias a sustancias como el polen, el pelo de los animales, frutos secos, marisco… son más propensas a desarrollar reacciones alérgicas nuevas. Hay que tenerlo presente antes de recurrir a estos cosméticos o estar atentos a los síntomas que pueden presentarse.
- Los llamados esmaltes de uña “eco” son productos que ya no
contienen en su composición algunos de los compuestos que ocasionaban más
reacciones adversas en la piel: formaldehído, tolueno, ftalatos o alcanfor, y
que eran compuestos utilizados con frecuencia en la composición de los esmaltes
de uñas más tradicionales. Su ausencia en la composición de estos nuevos esmaltes
aumenta su seguridad y disminuye la frecuencia de aparición de reacciones
adversas cutáneas asociadas al uso de estos productos.
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