La cuperosis hace referencia a una alteración de la piel facial donde existe un exceso de reactividad cutánea acompañada de aparición de vasos sanguíneos finos (telangiectasias). Existe un exceso de reactividad de arteriolas y venulas (las ramificaciones más finas de los vasos sanguíneos periféricos). Estos vasos se objetivan principalmente en mejillas y alas nasales. La cuperosis afecta con mayor frecuencia a mujeres y a personas con fototipos de piel clara y fina. Puede evolucionar a rosácea, enfermedad proinflamatoria que a su vez se clasifica en distintos estadíos según su gravedad: eritematotelangiectasico, papulopustular, granulomatosa y ocular.
El diagnóstico es clínico, puede acompañarse de una fotografía con luz polarizada para resaltar los vasos sanguíneos con mayor claridad y así facilitar el seguimiento y evaluar la respuesta al tratamiento.
El tratamiento combina medidas tópicas (higiene suave preferiblemente con leches desmaquillantes o lociones limpiadoras; hidratación específica para pieles con rojeces con principios activos antiinflamatorios y antiangiogénicos) combinado con tratamiento tópico antiinflamatorio pautado por el dermatólogo dependiendo de cada caso. El tratamiento se completa con el láser vascular que posee efecto antiinflamatorio y antiangiogénico.
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Tratamiento láser cuperosis
El láser vascular posee un efecto antiinflamatorio y antiangiogénico