El láser calienta de forma indirecta el colágeno de las capas más profundas de la dermis. El láser estimula la formación de colágeno y tensa los tractos fibrosos que unen la piel con los planos musculares, consiguiendo una disminución de la flacidez del tejido. Aumenta la vascularización en la dermis con lo que se produce una mejoría en la calidad de la misma. Requiere 2-3 sesiones anuales.