Frecuente y notable, sudoración excesiva que puede hacerse manifiesta a través de la ropa, generalmente en axilas, palmas de las manos y plantas de los pies. Algunos pacientes sufren exceso de sudoración en el cuero cabelludo o en la cara.
El diagnóstico de la hiperhidrosis es clínico y también solicitamos en los casos que lo requieren ciertas pruebas complementarias que descarten alteraciones sistémicas que puedan ser el origen del exceso de sudoración (por ejemplo hipertiroidismo) y no una hiperhidrosis primaria.
En ocasiones los niños pequeños tienden a sudar más que los adultos, para regular su temperatura corporal de forma mas eficaz, por lo que debemos valorar los síntomas de hiperhidrosis en la preadolescencia y adolescencia, que es cuando generalmente se hace manifiesto el problema. Por lo general, afecta a las palmas de las manos, las plantas de los pies y las axilas. Esto puede ser incómodo y afectar la capacidad del niño para participar en deportes, incluso sostener un bolígrafo o hacer un dibujo. Esto puede ocasionar problemas en sus relaciones sociales.
Como todos los tratamientos que realizamos debe ser individualizado y personalizado dependiendo de la intensidad de la sudoración, localización etc.
Existen diversos tratamientos para la hiperhidrosis en los niños.
Las infiltraciones con toxina botulínica pueden realizarse en casos seleccionados y existe evidencia científica de su perfil de seguridad en pacientes pediátricos.
Antitranspirantes, la iontoforesis y los fármacos anticolinérgicos se toleran bien en este grupo de pacientes, y consiguen controlar el exceso de sudoración en la mayoría de los casos.