La flaccidez en la piel es la falta de consistencia o firmeza de este órgano que se manifiesta en forma de arrugas o piel caída. Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero resulta muy evidente en zonas como el cuello, los párpados, la parte interior de los brazos o en la barbilla con el doble mentón, sobre todo a medida que las personas se van volviendo mayores.
El diagnóstico se realiza clínicamente.
Para su tratamiento se puede optar por un tensado quirúrgico (lifting) o por alternativas no quirúrgicas pero que presentan una menor efectividad (“skin tightening”: lifting no quirúrgico mediante distintas fuentes de energía como radiofrecuencia, láser o ultrasonidos).