Conoce algunos de los principales mitos sobre la piel y el pelo durante el embarazo.
El cuerpo de una mujer experimenta numerosos cambios durante el embarazo debido, sobre todo, a las variaciones hormonales, endocrinas e inmunológicas que tienen lugar en este periodo. Buena parte de esos cambios afectan a la piel, el pelo y las uñas. Algunos de ellos lo hacen solo de manera transitoria, es decir, revierten progresivamente después del parto. Otros permanecen durante más tiempo y en determinadas ocasiones pueden quedarse, incluso, para siempre.
Toda esta variedad de posibilidades da lugar a numerosos mitos sobre la piel y el pelo durante el embarazo. En este artículo tratamos de aclarar algunos de los más extendidos o relevantes.
Falsos mitos sobre la piel y el pelo durante el embarazo
Algunos de los mitos más relevantes o extendidos son los siguientes:
1. La piel mejora si el bebé es niño y empeora si es niña
Falso. Seguro que muchos de los que estén leyendo este artículo han escuchado alguna vez eso de que cuando una mujer está embarazada de un niño luce más radiante y guapa que cuando el bebé que espera es una niña. Pues bien, no hay ninguna evidencia científica o medianamente sólida que apoye esta creencia que, sin embargo, está muy extendida.
El hecho de que el estado de la piel empeore, mejore o luzca más radiante no depende del sexo del bebé, sino de factores hormonales, de la secreción de estrógenos y progesterona durante el primer trimestre. Estas hormonas tienen un efecto vasodilatador que confiere a la piel un aspecto lozano, turgente y jugoso, de manera que la futura mamá tiene mejor aspecto y está, más guapa que si, por ejemplo, se ha agravado su rosácea o su acné.
También hay una creencia errónea acerca de la línea alba y el sexo del bebé según la cual, si esta zona se oscurece mucho durante la gestación, el bebé será niña y si se mantiene más clara será un varón.
Igual que otros mitos relacionados con la predicción del sexo del feto en función del aspecto o los antojos de la madre, este no tiene base científica.
2. Si te depilas la línea alba, crecerá más densa
Este es otro falso mito sobre la piel durante el embarazo. La línea alba es una estructura fibrosa que se sitúa desde el ombligo hasta el pubis en sentido vertical. En algunas gestantes esta línea se oscurece a partir del segundo trimestre debido al aumento de los niveles de progesterona y estrógenos característicos de este periodo, dado que desencadenan un aumento en la secreción de melanina, el pigmento natural implicado en el proceso de bronceado de la piel cuando nos exponemos a la radiación ultravioleta.
Asociado a estos motivos hormonales, esta hiperpigmentación se acompaña en algunas gestantes —no en todas— de un aumento del vello sobre esa zona estrecha, también llamada linea nigra —en latín, «línea negra»—.
Tanto la hiperpigmentación como el aumento del vello en la línea alba desaparecen de manera paulatina después de dar a luz, una vez que los niveles hormonales vuelven al estado previo a la gestación.
No obstante, hay mujeres a las que no les gusta el aspecto de esta línea alba, sobre todo si sobre ella crece mucho vello, en cuyo caso pueden optar por quitarlo… eso sí, teniendo en cuenta que ni la fotodepilación ni la depilación láser están indicadas durante el embarazo.
En cualquier caso, respondiendo al mito sobre si la depilación hará que el vello de la línea alba crezca más fuerte, hay que insistir en que ningún método depilatorio, ni siquiera la temida cuchilla, hace que el vello crezca más fuerte. Con el rasurado lo que ocurre en realidad es que cortamos el pelo a ras de la superficie de la piel y cuando empieza a asomar lo hace con el extremo plano, no afilado como cuando está más largo, lo que puede dar la sensación de que es más duro, aunque no es cierto.
3. Durante el embarazo no puedes teñirte el pelo
Falso, pero hay algunos aspectos que deben considerarse. Esta es una de las preocupaciones más extendidas y lógicas entre las mujeres a la hora de cuidar la seguridad de su bebé. Hay que tener en cuenta que buena parte de los productos de coloración contienen agua oxigenada, amoniaco y otros elementos químicos que pueden absorberse en mayor o menor medida a través del cuero cabelludo.
No obstante, la concentración de estos compuestos no es lo suficientemente significativa para que represente un problema para el feto y, además, la absorción que se lleva a cabo a través del cuero cabelludo es mínima porque el tinte está muy poco tiempo en contacto con esta superficie. De esta manera, es muy improbable que dichos químicos alcancen la placenta, que es el órgano a través del cual podrían afectar al feto.
Sin embargo, y una vez más debido a un principio de precaución muy estricto, cuando se trata de mujeres gestantes, los especialistas recomendamos posponer la coloración del cabello para cuando se haya cumplido el tercer trimestre de embarazo, ya que en ese momento todos los órganos han completado su formación y no hay riesgo de teratogénesis.
Por otra parte, y en caso de que persista algún temor, hay que recordar que en el mercado hay una oferta creciente de productos de coloración que no contienen amoniaco y están formulados a partir de activos vegetales y que, asimismo, existen técnicas de coloración en las que no es necesario que el producto entre en contacto con el cuero cabelludo, como las mechas o los reflejos.
Para finalizar, las mujeres acostumbradas a teñirse el pelo en casa deben ser escrupulosas a la hora de cumplir una serie de medidas en caso de estar embarazadas, tales como ponerse siempre guantes, dejar el tinte solo el tiempo de pose imprescindible, lavar y aclarar el tinte una vez finalizado este tiempo y escoger coloraciones sin amoniaco, así como formulaciones semipermanentes.
3. Si te cortas el pelo al inicio del embarazo, te crecerá más fuerte
Falso, este es otro falso mito sobre el pelo durante el embarazo. El hecho de cortar el tallo piloso no repercute en la función del folículo capilar, que es donde de verdad radica la fuerza y la calidad del cabello.
Es cierto que, durante la gestación, tanto el pelo como las uñas pueden lucir peor aspecto y volverse más débiles y quebradizos. Incluso muchas gestantes se quejan de que su pelo es más graso y se ensucia más rápidamente y deben lavarlo con más asiduidad, pero no siempre es así. De hecho, lo más habitual es que ocurra justo lo contrario. Una gran cantidad de mujeres refieren que su cabello adquiere un aspecto mucho más saludable durante la gestación y explican que perciben que su melena está más densa y que tienen el pelo más grueso y brillante.
El motivo de esta mejoría se debe, cómo no, a las variaciones hormonales características del embarazo, que hacen que el ciclo de renovación capilar se altere de tal forma que se pierda menos cabello diariamente. Algunas mujeres notan que su pelo se vuelve más brillante y que cambia de textura, relatando que el pelo tiene «más cuerpo».
En definitiva, el hecho de lucir mejor pelo durante el embarazo no depende de cortarlo. Como tampoco influye en el efluvio telógeno posparto, una caída de pelo muy evidente que se produce después de dar a luz cuando los niveles hormonales van volviendo a como estaban antes de producirse el embarazo y el pelo recobra de manera progresiva su ciclo normal.
El efluvio telógeno posparto es temporal, reversible y no suele requerir tratamiento específico. Suele comenzar dos o tres meses después de dar a luz y se prolonga durante varias semanas. En este tiempo, las mamás recientes refieren cómo se les cae el pelo «a puñados» y se muestran alarmadas por la cantidad de cabellos que encuentran en el cepillo, la almohada o el desagüe de la ducha.
No es un asunto grave, aunque sí es conveniente consultar con un dermatólogo especialista en efluvio telógeno si la situación se prolonga más allá de dos o tres meses, en cuyo caso habrá que descartar que exista otra razón que explique la pérdida de cabello o que se esté desarrollando algún tipo de alopecia.
4 Si ignoras tus antojos, el bebé tendrá manchas en la piel
Falso. Este mito dice que, si la futura mamá tiene un antojo y no lo satisface, el bebé tendrá alguna mancha en el cuerpo. Una variante de esta creencia concreta es que la mancha en cuestión será del color y la forma similar al antojo que tuvo la gestante.
Creemos que no hace falta aclarar que este mito no tiene ninguna base científica y que las manchas que conocemos como antojos en realidad son angiomas —malformaciones vasculares— o hemangiomas —tumores vasculares—.
Estas alteraciones son bastante frecuentes. Se calcula que afectan a algo más del 2 % de los recién nacidos y hasta al 12 % de los niños menores de un año. Un tercio de estas lesiones se diagnostican en el momento del nacimiento y el resto suelen aparecer en las primeras cuatro semanas de vida.
Los angiomas son más frecuentes en niñas, en prematuros y en bebés de bajo peso. Estas lesiones vasculares se desarrollan en varias fases. En la primera se trata de una mancha rosada, azulada, blanquecina… que puede ser muy sutil, casi imperceptible. Después, le sigue otra etapa en la que el angioma sobresale y su color se vuelve de un rojo más intenso. A continuación, se produce un periodo de proliferación en el que la lesión crece, para dar lugar a la fase de maduración. Una vez se llega a esta fase, el crecimiento del angioma cesa y entra en la última fase, la de regresión, que suele darse cuando el pequeño tiene en torno a seis años.
Muchas de estas lesiones curan sin dejar rastro. Otras dejan telangiectasias —arañas vasculares— que solemos tratar con láser de colorante pulsado cuando tenemos la seguridad de que el angioma ha detenido su evolución y el pequeño tiene edad suficiente para pasar por este tratamiento.
Por su parte, el hemangioma es el tumor vascular congénito más frecuente y también es conocido como angioma en fresa. Por lo general no está presente en el momento del nacimiento, sino que surge durante los primeros meses de vida.
Dependiendo del tipo de hemangioma se puede esperar para ver si se resuelve por sí solo o bien acudir a un dermatólogo especialista en angiomas y anomalías vasculares, que podría proponer tratarlo con medicación, para disminuir el tamaño de la lesión.
En casos seleccionados es posible optar, bien por el láser, bien por la cirugía, según su tamaño, localización, color, impacto estético…
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Referencias y autoría del contenido
El contenido de esta entrada ha sido elaborado por el Departamento de Comunicación y el Equipo Médico del Grupo Pedro Jaén siguiendo nuestro compromiso editorial, mediante el que garantizamos la veracidad y actualización de la información proporcionada.
Referencias sobre el pelo y la piel durante el embarazo:
1. Erlandson M, Wertz MC, Rosenfeld E. Common Skin Conditions During Pregnancy. Am Fam Physician. 2023 Feb;107(2):152-158. PMID: 36791447.
2. Tunzi M, Gray GR. Common skin conditions during pregnancy. Am Fam Physician. 2007 Jan 15;75(2):211-8. PMID: 17263216.
3.Errickson CV, Matus NR. Skin disorders of pregnancy. Am Fam Physician. 1994 Feb 15;49(3):605-10. PMID: 8310967.
4. Caro R, Fast J. Pregnancy Myths and Practical Tips. Am Fam Physician. 2020 Oct 1;102(7):420-426. PMID: 32996758.
5. Caro R, Fast J. Pregnancy Myths and Practical Tips. Am Fam Physician. 2020 Oct 1;102(7):420-426. PMID: 32996758.